En lo mas profundo de la
olvidada Andalucía, estaba un hombre sentado en la entrada de una vieja casa y
con la mirada perdida en el horizonte, dos lagrimas se deslizaban por su
cansado rostro, su sobrina Ana que estaba cerca jugando se le acerca y le dice:
¿tito porque lloras? Porque me acuerdo de una persona que conocí, le responde,
Ana le coje la arrugada mano; ¿vamos a caminar? Él asiente con la cabeza y se incorpora,
comienzan a caminar vereda abajo, de pronto Ana que solo tiene siete años le
dice: ¿tito, cuéntame una historia? Se queda pensativo y comienza su relato.
Había un hombre que vivía
solo y tenia mucho amor para dar, cuando ya creía que no podría entregar a
nadie ese amor que tenia por dentro, conoció a otra persona a trabes de internet,
una persona buena, con un gran corazón y se enamoro entregándole todo su amor
¿otro hombre? Le corto Ana, si cariño otro hombre le responde (bendita
inocencia de los niños) y ¿se amaron? Dice Ana, si, se amaron profundamente
hasta que las obligaciones y los deberes de la vida les obligaron a separarse,
con todo el dolor del mundo decidieron hacerlo así, aunque se juraron amor
eterno.
Uno volvió a su pueblo y el
otro se marcho a su país a cumplir con sus obligaciones ¿Qué no era de aquí? No
cariño, era de un país que tiene un maravilloso olor a especias ¿y no se
volvieron a ver? Por desgracia no, la vida pudo con ellos y con su amor,
mientras decía esto una lágrima resbalaba por su cara, Ana le hizo acacharse y
con su manita le seco la lágrima y le dijo: te quiero tito, él la levanto en
brazos y le dio un beso en su tierna mejilla.
Caminaban camino abajo, pero
Ana le dijo; vamos a la carretera, como quieras cariño, pero por allí es
peligroso, es mejor el camino, ella le contesta: no tito vamos a la carretera.
Cuando llegaron a donde se
junta el camino con la entrada del pueblo se detuvieron a descansar y en esos
momentos un coche se detuvo a su altura,Ana se soltó de la mano de su tío y corrió
a abrir la puerta del coche,él se quedo asombrado por la reacción de la niña,
del coche bajo un hombre con el pelo ensortijado y arrugas en el rostro, se
acerco lentamente a él intentando recuperar a cada segundo de su visión los
años perdidos de estar juntos, en los ojos de los dos se leían solo palabras de
amor,Ana llevaba cojida la mano del desconocido y agarro la de su tío también y
así frente a frente diciéndose todo sin decir nada, sonó la palabra que
devolvía la magia a sus vidas: estamos?

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