martes, 31 de diciembre de 2019

LA CRUZ





En la pequeña taberna
que inicia la separación
de dos caminos al infierno
los claros del día luchan.

Poco a poco se va llenando
de caras amargas he inexpresivas
parecen corderos que van a degollar
pero son hombres, curtidos en las minas.

Toman su vaso de brandy o anís
uno solo, porque el dinero no da para más
nunca saben si volverán con los suyos
la mina es traicionera y pide su tributo.

En las profundidades no tienen que pensar
es un trabajo demasiado inhumano
y si se piensa, no se baja al averno
no tienen el lujo de caer enfermos.

Al final de su turno, salen negros
exhaustos, pero a la vez con cara alegre
otro día, que le han ganado a la mina
mañana Dios dirá, pero hoy, los suyos comerán.

                                                         AMA




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