Si
me puedes leer aún entre líneas
Sabes,
de tantas noches en blanco
De
mi cántaro pleno de lágrimas
Y
de mi corazón cosido, a retazos.
Si
escuchas todos mis silencios
Sabrás,
de mis heridas vendidas
Por
soportar la vida de engaño
Donde
solo hay palabras perdidas.
Y
si me ves, mírame detenidamente
Veras,
a un hombre herido de honor
Que
está llevándoselo la fría corriente.
Ya
perdí incluso, hasta su dulce sabor
Las
tres de la madrugada, este doliente
Va,
al solo lugar de paz, la diaria muerte.
AMA
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