jueves, 25 de julio de 2019

EL VIAJE





Hay siete palomas blancas
en el alféizar de la ventana
mirando dentro de la habitación
contemplándome como miro el techo.
Con mis recuerdos llenos
de musarañas
hago el maratón del pasillo
mientras suena un violín
sin cuerdas.
Recuerda cuando solo
nos teníamos el uno al otro
y no había nada más que besos
para comer.
Tus curvas las recorrí
todas, palmo a palmo
me las sé de memoria
hasta el lunar que tienes
donde la espalda pierde su nombre.
Hay siete palomas mirándome
en el silencio de la noche
esperan, como el que espera
el último tren.
Abro la ventana y vuelan
acompañándome en mi ultimo viaje.
Recuerda cuando solo
nos teníamos el uno al otro
y no había nada más que besos
para comer.

                                                        AMA




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