Por inercia, se hacen
cosas que de otra forma
ni se nos pasarían por la cabeza
y no siempre inocentes.
Todos los días
a la misma hora
sale a que le de el sol
al principio con su pequeña.
En el balcón de al lado
un día salió un matrimonio
con su hija veinteañéra
la cual se quedó prendada del vecino.
Hija única, por ello consentida
se encaprichó del joven del balcón
él por supuesto se dio cuenta
y solo tuvo que dejarse llevar.
Una situación que de no ser
por el confinamiento, no se abría dado
terminó como el rosario de la aurora
cuando la esposa del joven se percató.
A veces, nos gusta que nos alaben
pero sin perder la perspectiva
porque por un capricho tonto
podemos perder, a quién de verdad nos ama.
AMA
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