jueves, 8 de octubre de 2020

PENDEJA

 

Los muertos no hablan

El simbolismo de los abanicos

Es demasiado para su inteligencia

Y los ancianos fantasmas, mejor olvidarlos.

 

Hay personas tocadas por la mano

De su “Dios” y creen tener la verdad

Absoluta, como si eso fuera un privilegio

Y en su ya ancianidad, se acentúa su maldad.

 

Los dos animales más dañinos

De esta alocada y maltrecha sociedad

Son: un niño en pubertad y una mujer despechada

Solo por enfrentarla y decirle en su cara la pura verdad.

 

Pero este mundo es como es

Y precisamente yo no lo voy a cambiar

Porque como decía mi pobre madre:

Para lo que me queda en el convento

Me cago dentro.

 

                                                                AMA






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