Sigo
buscando, entre espinas
Un
corazón blanco de sueños
La
mirada inmaculada de una anciana
El
abrazo desinteresado, de pesos.
Sigo
buscando, en las amapolas
El
trébol de cuatro hojas prometido
La
luz, entre tanta iconoclasta oscuridad
Una
mirada limpia y agradecida, sin pronunciarlo.
Sigo
buscando, mi perdido Arrayanes
La
sonrisa de la jovencita alegre y rubia
Aquella
que me marcó para toda la vida
Aunque
ya, ni si quiera recuerde su nombre.
Sigo
buscando, una mano extendida
Pensando
que todos los humanos somos iguales
Que
algún día, nadie morirá de hambre, estará abastecida
Abrazos
y caricias, serán los únicos arsenales.
Sigo
buscando, en mi pueblo
El
orgullo perdido por la desidia
La
mirada altanera de un simple minero
Los
cojones sobre la mesa, para decir, ya basta.
AMA
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