Violines de esperanza
suenan en la lontananza,
la soledad hace las maletas
ojalá Dios , ya no vuelvas.
Llegas a mi vida con tardanza
de sesenta años de añoranza,
alcancé la mayor de mis metas
besé tus pupilas, dicen los poetas.
Vuelve, a hacerme ver las estrellas
de día, con el roce de tus manos
sobre mis tristes y pobres huellas
para tornar a despertarnos y amarnos.
Y no tengas en cuenta mis años
con tú bello amor, todo lo sellas
sin necesidad de calientes paños
ni rubor de las antiguas doncellas.
El amor está libre de obligaciones
está como niños jugando en la playa
libre de todos los pasados y presentes
somos dos corazones abiertos al mar.
                                                           AMA

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